7 Hábitos facilitadores en las relaciones personales

En el post anterior hablábamos de los hábitos y comportamientos nocivos que afectan a las relaciones personales; como es lógico, también existen hábitos y conductas que ayudan a fortalecer las relaciones personales, inspirando confianza, amor, ternura, y todo el cuidado que sentimos por nosotros mismos y por los demás.

-Utilizar un tono calmado y tranquilo cuando hablamos. Esto nos ayuda a que los demás nos escuchen; también facilita que nos entiendan y que respondan adecuadamente a nuestras peticiones.

-Dirigirnos a los demás con amabilidad y cierta ternura. Esto provoca que las personas se abran, se sientan relajadas y comprendidas. Facilita la comunicación y el entendimiento, alejándonos de las posturas defensivas.

-Admitir errores. Nadie es perfecto, somos humanos y, por tanto, no somos infalibles en nuestro comportamiento ni en nuestras decisiones. Aléjate del perfeccionismo: es la semilla de la infelicidad.

-Disculparse cuando sea necesario. Este hábito nos convierte en personas emocionalmente sanas y honestas. Saber pedir perdón es una condición necesaria e imprescindible para unas relaciones sanas y plenas con los demás. El perdón tiene la capacidad de proporcionar una doble paz: para la persona que lo otorga y para la persona que lo recibe.

-Separar el problema de la persona. Centrarse en la dificultad o en el problema y no mezclar esto con lo que es la persona en sí, resulta requisito fundamental para la resolución asertiva de conflictos. Recuerda: lo que ha hecho alguien puede ser bastante diferente de cómo es la persona en realidad (nunca subestimes el poder de la situación que vive esa persona, ya que todos en unas condiciones concretas podemos hacer cosas que nunca habíamos pensado que pudiéramos hacer).

-Creer que puede solucionarse, buscando siempre un enfoque para desescalar el conflicto. No se trata de ganar al otro, se trata de encontrar juntos una solución positiva para ambos. Las luchas de egos sólo sirven para alimentar estúpidas disputas de poder, alejándose de las soluciones justas y adecuadas para las dos partes.

-Amarse uno mismo. Si sabemos amarnos y respetarnos como somos, con nuestros brillos y nuestras zonas menos luminosas, como personas completas, sin la participación dependiente de nadie, nuestras relaciones personales serán mucho más plenas y satisfactorias. Es mucho más sano relacionarse con alguien que se siente bien y a gusto consigo mismo y que no busca una dependencia emocional sino una conexión auténtica con otra persona que con alguien que está buscando que otra persona “lo complete”.

Si crees que necesitas mejorar tus relaciones personales, o simplemente, estar mejor contigo mismo, en Meraki Psicología Aplicada podemos ayudarte.


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