Quiet quitting

La renuncia silenciosa o quiet quitting es un sentimiento de cansancio y desmotivación en el empleado, que se refiere a una forma de dejar un trabajo sin realizar una renuncia explícita; el empleado le resta prioridad a su trabajo, incluso sin importar que esto pueda acarrear su despido, y se va retirando de forma gradual, disminuyendo su compromiso y participación en el mismo. Es como si se estuviera “desconectando” lentamente de su trabajo. 

Esta renuncia silenciosa puede manifestarse de varias formas:

-El empleado disminuye su productividad: disminuye su rendimiento en el trabajo, solamente cumple con lo mínimo requerido y evita asumir nuevas responsabilidades.

-El empleado disminuye la calidad de su trabajo: entrega tareas más tarde, comete más errores de lo habitual o ya no presta atención a los detalles.

-El empleado disminuye su proactividad: ya no propone nada ni tiene iniciativa dentro de la empresa. Evita acudir a reuniones o a participar activamente en ellas.

-El empleado comienza a aislarse socialmente dentro de la empresa: esta falta de colaboración con los compañeros o superiores es un fiel reflejo de la desconexión emocional con la empresa que está sintiendo.

-El empleado rehúsa realizar la formación que le ofrece la empresa para su crecimiento personal o laboral.

-El empleado presenta una actitud negativa y una comunicación deficiente o inexistente. Como ha perdido el interés en el trabajo, comienza a tener una mala actitud con sus compañeros o con sus superiores. En lugar de manifestar este malestar con su situación, prefiere reducir su compromiso con su trabajo.

-El empleado presenta un ausentismo frecuente: comienza a incumplir horarios o a faltar de forma más continuada a su puesto de trabajo sin comunicárselo adecuadamente a sus superiores. 

Es importante que los contratantes estén atentos a los signos de una renuncia silenciosa por parte del trabajador, para poder abordar las preocupaciones y problemas antes de que los empleados tomen la decisión de “dejar la empresa sin dejarla”. Una vez que el trabajador “ha renunciado silenciosamente” va a ser muy difícil que vuelva a comprometerse con la empresa. Lo más adecuado en estos casos es comunicarse de forma clara y directa con el trabajador y encontrar una salida adecuada de la misma.  

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