Las primeras citas y el apego

Como ya hemos descrito en otro post, el apego es la forma en la que nos vinculamos con las personas que nos rodean, es decir, el llamado lazo primario; tiene su origen en la infancia y, en general, el apego adulto es un resultado indirecto del apego infantil. Habrá personas que contaron con afecto y protección y fueron atendidos en sus necesidades físicas y emocionales, y otras que sufrieron el abandono y la frialdad emocional de sus cuidadores. Dependiendo del tipo de lazo establecido, se vincularán de una forma o de otra con sus parejas.

Para conocer cuál es el estilo de apego de una posible pareja, hay dos preguntas que pueden ayudarnos muchísimo.

-Preguntar cómo fue su última relación. Si la persona tiene un apego seguro, no tendrá ningún problema en hablar sobre ello. Lo más habitual es que haya sido una relación larga y que cuando hable de su ex, hable bien.

Si el apego es del tipo evitativo, no querrá hablar de ello y preferirá que hables tú.  En el caso de las personas con tipo ansioso, su relato sobre la relación anterior será doloroso, casi traumático.

-Preguntar cómo fue su infancia. Puedes hablar primero de la tuya para que la otra persona se sienta más en confianza. Si su apego es seguro, te contará aspectos positivos pero también negativos de esa época; en general, hablará bien de sus cuidadores y profundizará en diferentes aspectos de su infancia.

Si su apego es de tipo ansioso, hablará en profundidad de ello, mezclando cosas del presente con las cosas del pasado, o explicando dinámicas familiares en las que aún están inmersas. Una persona con apego evitativo no querrá hablar de ello o si habla, su relato sonará “falso”.

Ahora bien, si lo que quieres es ayudar a proporcionar a la otra persona un apego seguro, aquí tienes algunas pautas que pueden ayudarte.

-Practica la escucha activa y trata de ponerte siempre en el lugar de tu pareja.

-Trabaja tu asertividad y la suya: la comunicación es la base de toda relación segura. Una comunicación abierta y honesta fortalece el vínculo emocional. Explica abiertamente cuáles son tus deseos y tus necesidades, y dale tiempo y espacio a la otra persona para que también lo haga.

-Aprende a identificar y expresar tus emociones y que el/ella identifique y exprese las suyas, creando un entorno seguro donde ambos podáis expresaros con libertad. Se trata de tener una buena gestión emocional.

-Gestiona los altibajos de forma eficaz, trabajando en la resiliencia personal. Las cosas no irán perfectas en todo momento. Trabajar en gestionar esos momentos difíciles entre los dos es la llave del éxito para crear un vínculo estable, fuerte y seguro.

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