El componente cognitivo de la autoestima puede variar a lo largo del tiempo, ya que fundamentalmente tiene que ver con la valoración que hacemos al compararnos con otros; por tanto, depende de forma muy significativa del entorno en el que nos movemos a lo largo de nuestra experiencia vital. Si nos comparamos y el resultado es positivo, nos ayudará a mantener una elevada autoestima. Si nos comparamos y es negativo, nuestra autoestima se verá resentida. Ahora bien, el componente emocional no depende tanto del entorno, sino que es algo mucho más profundo: va a depender de la autoaceptación de nuestro propio ser, con nuestras virtudes y cualidades menos desarrolladas, y de sentir aprecio o afecto verdadero por cómo somos. No tiene que ver con cómo nos valoremos, sino con amarnos a pesar de que nos valoremos negativamente; a este concepto de carácter emocional se le conoce popularmente como amor propio.
Veamos algunos tips que pueden ayudarnos a fortalecer el amor propio:
-Ponerte tú como tu prioridad máxima. Preferirse a uno mismo antes que a los demás es egoísmo sano. Es el paso más importante para ir construyéndonos como personas. Nadie te va a poner como su máxima prioridad; así que, o te pones tú, o no serás la prioridad de nadie.
-Crear y mantener espacios para tu autocuidado. Crear un espacio para ti es un requisito para mostrarte el afecto que sientes por ti. Con espacio me refiero a una rutina diaria donde cuides de ti física y espiritualmente; puede ser una rutina de belleza, de ejercicio, de espacio dedicado a tu salud mental… lo importante es que dediques un rato cada día a ti misma/o y que no renuncies a ese momento por nada del mundo.
-Pedirte perdón. Si te has herido a ti mismo/a con tu comportamiento (aceptando algo que no querías en realidad, manteniendo hábitos poco saludables, etc.) pídete perdón como harías si hubieras herido a otra persona. Ese autoperdón aumenta el respeto por ti mismo.
-Háblate con cariño, con
paciencia y con respeto. El lenguaje interno es uno de los pilares más
importantes del amor propio: si te hablas y te tratas mal, no vas a tener una autoestima saludable. Recuerda que hablarte bien no depende de los demás:
depende única y exclusivamente de ti. Si tú mismo te tratas mal, le estás enseñando a los demás cómo hacerlo también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu experiencia es importante... ayúdanos a crear una comunidad de apoyo