La dependencia es, como todas nuestras acciones, una elección que realizamos. Si actuamos como dependientes y respondemos como tales, nuestra pareja (u otras personas) utilizará estrategias para que sigamos siéndolo y tratarnos del modo que implícitamente le estamos enseñando a que nos trate.
Veamos algunas estrategias para conservar el control sobre sus parejas que suelen usar las parejas dominantes. Algunas están muy alejadas de lo que comúnmente interpretamos como dominación en el término más absoluto, pero son herramientas sumamente eficaces para mantener el control sobre el otro miembro de la pareja.
-Provocar sentimientos de culpa. “No me esperaba eso de ti, no comprendo cómo puedes haberme hecho algo así”.
-Amenazas como “pediré el divorcio”, “te voy a dejar”, “mejor que terminemos”.
-Utilizar la enfermedad física como herramienta cuando uno de los miembros de la pareja “se ha alejado del redil”. Esto funciona especialmente cuando te has portado mejor cuando él o ella ha enfermado, por lo que ha aprendido que fingir o aumentar los síntomas de una enfermedad influye poderosamente sobre tu comportamiento. Fingir dolores de cabeza, nerviosismo, dolor de espalda, etc, se convierte en un cheque en blanco para manipular.
-Encerrarse y no dirigir la palabra. El silencio es un método de castigo y de control muy eficaz.
-Llorar para conseguir que el otro se sienta culpable.
-Amenazar con suicidarse. “Si me dejas, terminaré con todo”.
-Utilizar el “Es que tú no me quieres, no me comprendes” como recurso para mantener la dependencia.
Veamos algunas pautas que pueden ser de ayuda para romper ese círculo vicioso:
-Sentarte y redactar tu propia declaración de independencia. “Yo, xxx, declaro mi independencia en la relación que mantengo con xxx, y manifiesto mi firme propósito de no ceder ante su manipulación… “. Comprométete contigo mismo de forma auténtica para romper ese círculo.
-Hablar abiertamente con todas las personas de quienes te sientes dependiente. Cuéntales cómo te sientes cuando haces las cosas por obligación (sobre todo si la otra persona no se ha dado cuenta de que sientes que eres dependiente).
-Utiliza pequeños momentos de cinco minutos para interactuar con la gente dominante. Prueba a decirle: “NO, yo no quiero hacer eso”. Y observa cómo reacciona la otra persona. Cuando te sientas empujado a hacer cosas que no deseas, díselo a la otra persona abiertamente. Es duro decirle a alguien que no deseas estar con él o ella, o que no quieres acompañarla al hospital, pero si no lo haces estarás fomentando aún más esa dependencia y cada vez será más complicado romper el círculo.
-Haz actividades de forma individual frecuentemente, sin tener que sentirte atado a tu cónyuge o a esa persona.
-Reconoce tu deseo de intimidad. No es necesario que lo compartas todo.
-Recuerda que no es tu responsabilidad hacer feliz a los demás.
-¡¡¡Déjalos estar!!! No es necesario que tú seas siempre quien tenga que hacer todo o responsabilizarse de todo.
Si te sientes identificado o crees que puedes tener dificultades relacionadas con la dependencia emocional, en Meraki Psicología Aplicada podemos ayudarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu experiencia es importante... ayúdanos a crear una comunidad de apoyo