Comunicarnos adecuadamente ya en sí es un arte que requiere de mucha práctica y cierta pericia, y cuando esta comunicación tiene lugar con nuestra pareja, se complica un poco más. A pesar de que puede parecer que con nuestra pareja comunicarnos debería ser más sencillo, a menudo no es así. Hay todo un mundo de experiencias detrás de cada momento compartido, y pueden existir conflictos ocultos que han enrarecido la relación. Tampoco estamos muy acostumbrados a hablar de nuestras emociones o sentimientos, así que hacerlo de forma adecuada es un aprendizaje más en el que implicarnos.
La comunicación en la pareja es uno de los pilares básicos para una buena convivencia y uno de los primeros aspectos que se suele tratar en las demandas de terapia de pareja. Veamos algunas pautas que pueden ayudarnos a que sea un acto más natural y sencillo.
1. PENSAR LAS COSAS ANTES DE DECIRLAS. Ciertas cosas sólo deben decirse cuando estamos muy seguros de ello. “Últimamente no me siento muy atraído por ti, creo que me estás dejando de gustar” (¡¡¡¡¡¡El daño puede ser irreparable!!!!!!!)
2. Es mejor hacer una petición que una demanda: “¿Puedes traerme un vaso, por favor?” no es lo mismo que “Tráeme un vaso”.
3. Mejor hacer preguntas que acusaciones: “¿Me has entendido?” no es lo mismo que “Nunca entiendes nada de lo que te cuento”.
4. Si hablamos de otra persona, hablemos de lo que hace y no de si es esto o aquello. “No has entendido lo que te he explicado” no es lo mismo que “Eres un desastre, nunca entiendes nada de lo que te explico”.
5. No acumular emociones negativas, ya que puede derivar en un estallido en el momento menos indicado. Mejor hablar cada dificultad en el momento que surja y no dejarlo “para después” o hacer como si nada hubiera pasado.
6. Hablar de los temas de uno en uno y no “sacar todos los trapos sucios” a la vez.
7. Dar gratificaciones: verbales y materiales. Saber qué le gusta a nuestra pareja (a todo el mundo no le gusta lo mismo) e intentar ser generosos con las gratificaciones tanto habladas como en forma de obsequios. “Lo has hecho muy bien...” “Te he comprado xxx. Deseo que te guste”.
8. Agradecer las gratificaciones. Mostrar abiertamente nuestra alegría por su comportamiento positivo. “Gracias por haber hecho…” “Gracias por lo que me has comprado. Me gusta mucho”.
9. Pedir gratificaciones: nadie tiene una bola de cristal donde aparezcan uno a uno nuestros deseos. Por tanto, hay que comunicar abiertamente qué deseamos y cómo. “Me gustaría que hicieras xxxx de esta forma xxx”.
10. Manifestar emociones y sentimientos negativos: intentaremos hacerlo de
forma asertiva para evitar una escalada o acumulación de negatividad. Pautas a seguir:
-hablar del tema sin rodeos y explicando muy bien cada aspecto.
-expresarlo en el momento.
-describir conductas, sin acusar. No es lo mismo decir “Mientras yo friego platos, tú estás viendo la tele y eso me parece injusto” que decir “Eres un caradura, me tienes como una esclava a tu servicio”.
-peticionar un cambio de conducta: qué queremos que cambie exactamente. “Me gustaría que cuando terminemos de cenar, me ayudaras con la cocina en vez de quedarte viendo la televisión: podemos hacerlo juntos: mientras yo friego los platos, ¿qué te parece si tú los secas y los vas colocando?”.
Responder ante la hostilidad de forma efectiva
No todos los días llegamos a casa de buen humor y a menudo la primera persona que sufre nuestro mal día es nuestra pareja o viceversa. Veamos cómo reaccionar cuando somos el blanco de esa hostilidad.
-MANTENER LA CALMA. No es un problema con nosotros. Simplemente nos ha tocado lidiar con ello.
-Asertividad repetida: ignorar y reforzar con un disco rayado. “Yo no voy a estropear esta noche porque tú estés de mal humor” “yo no tengo nada que ver con tu mal humor”.
-Asertividad empática: reconocer su enfado y atribuirlo a su verdadero origen. “Parece que estás muy enfadado esta noche; pero yo creo que ese enfado viene de otras personas y yo no soy responsable de ello”.
Ejemplo práctico: expresión de conflicto, comunicación de aprecio y petición de cambio de conducta
Pepe quiere decirle a
su pareja María que está hasta las narices de verla con morro la encuentra
decaída, con mal humor, y nota que desde hace mucho tiempo se ha dado cuenta de que no hay un ambiente armonioso en casa.
Veamos cómo ayudar a Pepe:
1. Escoger muy bien el
momento adecuado. Un momento relajado, tranquilo, cuando los dos pueden
escucharse y atenderse mutuamente, cuando estén disponibles el uno para el otro. Esto que parece tan nimio es de suma importancia: si uno está en el otro lado de la casa y ocupado, no nos va a atender ni escuchar y no servirá de nada.
2. El tono adecuado de voz con la cadencia adecuada. No gritar ni utilizar un tono sarcástico. Usar una voz suave y un tono de interés.
3. Enfatizar las cosas positivas que hace el otro por nosotros, reconociendo su valía.
4. Proponer hacer algo juntos.
“María, me he dado cuenta de que apenas pasamos tiempo juntos, y que te noto decaída. Me he dado cuenta de que te esfuerzas para hacerme la cena cuando llego del trabajo. Creo que salimos poco, que estaría bien que saliéramos más algún sábado o un domingo por la mañana de terraceo. Antes lo hacíamos y nos sentaba muy bien a los dos”.
Si crees que puedes tener dificultades en la comunicación con los demás o que necesitas mejorar tu relación de pareja, en Meraki Psicología Aplicada podemos ayudarte.