Personalidad

En nuestra vida cotidiana nos formamos opiniones y hacemos evaluaciones de otras personas con las que entramos en contacto atribuyendo características a otros como: alegre, inteligente, sociable, concienzudo, melancólico, abierto, etc. Y también nuestros amigos, compañeros de trabajo, profesores, familiares o conocidos nos proporcionan información y opiniones acerca de cómo somos. Estas características que atribuimos a las personas y a nosotros mismos nos resultan útiles en nuestro día a día para explicar y predecir el comportamiento propio y el de los demás, puesto que apenas advertimos en ellas variación alguna a lo largo del tiempo (cambiamos muy poquito). Esto se debe a que la personalidad se compone de rasgos y mecanismos organizados y estables, que van a regular tanto nuestras relaciones interpersonales como nuestra vida intrapsíquica, y van a influir en nuestras preferencias, modos de pensar y en todo lo que nos es propio en general, haciéndonos únicos e irrepetibles. 

Estas características organizadas y estables que componen la personalidad los podemos entender como propiedades internas de las personas que causarán manifestaciones externas en la conducta. Por ejemplo, Juan es sociable (característica) y como es sociable, siempre está con sus amigos (manifestación conductual). Así, para entender mejor la personalidad, uno de los modelos más utilizados es el modelo de los cinco factores de personalidad, también conocido como los Cinco Grandes o FFM. Este modelo parte de los adjetivos utilizados en el lenguaje natural y cuenta con una extendida tradición de varias décadas en psicología. Para su estudio, divide la personalidad en cinco grandes factores. Veamos algunos de los adjetivos y características que se recogen dentro de cada uno, tanto en su parte positiva (alta puntuación en este factor) como en su parte negativa (baja puntuación en este factor):

  1. Factor extraversión. Muestra el nivel de socialización, energía, emociones positivas y ansias de exploración de numerosas sensaciones que tiene el individuo. Las personas que destacan en este factor son locuaces, extrovertidas, asertivas, atrevidas, francas. Los que puntúan bajo son callados, introvertidos, retraídos, inhibidos... En líneas generales, los extrovertidos adoran las fiestas, animan reuniones, disfrutan hablando, asumen posiciones de liderazgo, son atrevidos, tienden a ser más felices, experimentan afecto con más intensidad… pero esto también tiene un lado más oscuro, como que a los extrovertidos les gusta conducir más rápido y tienen más accidentes.

  2. Factor afabilidad. Refleja la sensibilidad hacia los otros, la empatía, el agrado y la amabilidad del individuo. Dentro de este factor encontramos adjetivos como simpático, amable, afectuoso, comprensivo, sincero; en el lado opuesto encontramos desalmado, severo, cruel… El lema de este factor es “llevémonos bien todos”; son negociadores, evitan situaciones poco armoniosas, les gusta la vida familiar, son queridos y huyen de los conflictos. En su lado oscuro encontramos la agresividad, la ira o el uso irracional del poder.

  3. Factor escrupulosidad o meticulosidad. Hace referencia al sentido del deber, a la organización y a la planificación. Dentro de este factor encontramos adjetivos como organizado, limpio, ordenado, práctico, animado, meticuloso; en el lado opuesto encontramos desorganizado, desordenado, desaliñado, poco hábil… Estas personas son laboriosas, progresan en la vida, les gusta el trabajo duro, el comportamiento fiable, la puntualidad, obtienen calificaciones más altas, mayor satisfacción en el trabajo, relaciones sociales más positivas y comprometidas, al igual que relaciones románticas más estables. En el lado oscuro encontramos que una baja escrupulosidad está vinculada a comportamientos sexuales de riesgo, mayor número de arrestos, desempeño deficiente en trabajo y estudios y mayor índice de relaciones paralelas.

  4. Estabilidad emocional o Neuroticismo. Se refiere a cómo es de susceptible el individuo ante las emociones negativas (tristeza, rabia, ansiedad y miedo). Dentro de este factor encontramos adjetivos como calmado, relajado, estable. En el lado opuesto se encuentran adjetivos como malhumorado, ansioso, inseguro… Esta dimensión se refiere a cómo afrontamos el estrés en nuestra vida; aquellos con una alta estabilidad emocional permanecen firmes a pesar de obstáculos; son como barcos que permanecen en curso a pesar del temporal. En el lado oscuro, individuos con una baja estabilidad emocional tienden más a no recordar sucesos importantes, sentirse desconectados de la vida y de otras personas; tienen más altibajos en sus relaciones sociales, experimentan mayor ansiedad sexual, y presentan más dificultades para conseguir el éxito profesional.

  5. Factor Apertura intelectual o imaginación. Alude a interesarse de forma intrínseca en diversidad de áreas, abarcando la curiosidad intelectual, la sensibilidad estética (el arte), la imaginación y la atención al mundo interno del individuo. Dentro de este factor encontramos adjetivos como creativo, imaginativo, intelectual... Puntuaciones altas en este factor, indican que las personas tienden a recordar más sus sueños, les gusta experimentar cosas nuevas, comidas y situaciones; están más abiertas a recibir la información que les llega de diferentes sitios, a experimentar aventuras de todo tipo y tienen más sueños proféticos.  

Para un autoconocimiento más exhaustivo, los psicólogos somos los profesionales más adecuados para ayudarte.

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