Como psicóloga me encuentro muy a menudo a personas que llegan a terapia con la idea arraigada de que tienen que realizar cambios en sus vidas. No son felices, o no se sienten bien en su situación actual y han decidido buscar ayuda. Sin embargo, una vez que entramos en el verdadero motivo de su malestar y se dan cuenta de que tienen renunciar a algo en sus vidas (sustancias, relaciones, trabajos…) comienza la verdadera y titánica lucha. Ahí es donde me doy cuenta de que nosotros mismos somos nuestro peor enemigo, y, cuando se trata de hábitos o personas que nos lastiman, desgraciadamente muchas veces preferimos mirar hacia otro lado en lugar de soltar.
Pero, ¿por qué nos aferramos a lo que nos hace enfermar?
🤔 Cuando lo que amamos nos destruye. A veces, lo que nos da placer también nos consume. Ya sea un trabajo que nos estresa hasta el límite, una relación tóxica o hábitos poco saludables, solemos justificar lo injustificable. Algunos ejemplos que puedo poner son: personas que siguen en relaciones destructivas por "amor" ❤️, trabajadores quemados que no renuncian por "seguridad" 💼 , adicciones disfrazadas de "placeres" como el tabaco 🚬…
⚡️ El autoengaño: "No es para tanto". Nuestro cerebro odia el cambio. La disonancia cognitiva nos hace buscar excusas para no salir de nuestra zona de confort y no intentar el cambio. Algunas frases comunes del autoengaño que escucho en terapia son: "Puedo controlarlo, no es tan grave" "Así son todas las relaciones, nadie es perfecto" "Me gusta mi trabajo, aunque me exploten y esté agotado física y emocionalmente todo el tiempo"…
🌟 El miedo a soltar. El problema no es solo renunciar a lo que nos hace daño, sino
ACEPTAR QUE MERECEMOS ALGO MEJOR QUE LO QUE TENEMOS.
Entonces, ¿cómo dar el paso?
- Reconoce el problema: Si algo te está enfermando, es momento de abrir los ojos. Una vez que seas consciente de la raíz del problema, todo será más fácil.
- Rompe el ciclo: Acepta que "lo de siempre" no te está funcionando. Y que, si no cambias las cosas, tendrá consecuencias, de una manera o de otra.
- Rodéate de apoyo: Amigos, terapia, nuevas rutinas. Todo puede ser un gran punto de apoyo para ese cambio que mereces.
- Haz un plan de salida: No siempre se puede cortar de golpe, pero sí avanzar poco a poco. No hace falta romper toda nuestra vida, pero sí ir reemplazando cachito a cachito lo que no funciona.
💚 Reflexión final
Aferrarse a lo que daña es como sostener un carbón encendido: te quema, pero te da miedo soltarlo.
💡 Comparte este post con alguien que necesita leer esto.
¿Has tenido que renunciar a algo que te hacía daño? ¡Cuéntame en los comentarios! 👇
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu experiencia es importante... ayúdanos a crear una comunidad de apoyo