Según algunos estudios, el 65% de los españoles dicen ser felices. Sin embargo, ¿es que nadie pasa por malos momentos? ¿Somos seres de luz que irradiamos paz, amor y felicidad a todas horas? Somos seres humanos y sentir ansiedad, tristeza, ira, miedo o enfado es absolutamente normal. Y no estar bien durante todo el tiempo también está bien. Somos nosotros mismos los que tenemos que mensurar el tiempo que pasamos mal, reconocer por qué estamos mal y emprender acciones para salir de ese estado emocional. Analicemos esto poco a poco.
Todos pasamos por malos momentos: un proceso de duelo por una persona fallecida, una ruptura amorosa, un examen que no salió como esperábamos y que nos ha hecho posponer nuestros planes, una mala racha en el trabajo… cualquier circunstancia puede dejarnos en “stand by”, noqueados, perdidos, y, lo que es peor, con la ilusión por la vida hecha pedazos. Veamos qué podemos hacer para transitar ese estado emocional de pérdida de ilusión de la mejor forma posible.
-Ponte en pie una hora antes. ¿Para qué? Para poder dedicar ese tiempo a cosas que te gusten, que no tengan que ver con tus obligaciones diarias. Recuerda qué cosas te gustaba hacer y con las que disfrutabas antes de sentirte desilusionadx y dedica esa “hora extra” a hacerlas. También puede ser algo tan sencillo como dedicarte esa hora a ti, a cuidarte, a desayunar tranquilamente… esto te hará afrontar el día de otra forma.
-Tómate el tiempo que necesites: cada persona es única y tiene su propio ritmo en el proceso de recuperar la motivación. Ponte como tu prioridad; tu bienestar mental es lo primero: si no tienes ganas, no pasa nada. Date permiso también para no hacer nada y dedicarte a pasar tiempo contigo mismx y reflexionar.
-Escribe cómo te sientes; la escritura es muy terapéutica y te puede ayudar a conocerte más a ti mismx. Una buena idea es describir la situación por la que estás pasando, lo que te hace sentir y cómo ayudarías a alguien que estuviera en tu misma situación.
-Las infusiones, grandes aliadas. Existen en el mercado gran cantidad de productos para infusionar. Lo importante no es lo que tomes (cada persona tiene gustos diferentes), sino el proceso de elaborarlo y disfrutarlo. Busca ese “momento infusión” a lo largo del día. Disfruta de tu ritual diario: alrededor de las tazas humeantes surgen los mejores sentimientos.
-Disfruta de estar mal. Sí, suena raro, pero es que este estado emocional también pasará. No es sano negar que estamos mal, ni intentar hacer como que no ha pasado nada, ni acelerar el proceso de recuperar la ilusión. Date tu tiempo, tu espacio, cuídate y ámate.