Entre los sucesos vitales más habituales que pueden dar lugar a un cierre de etapa nos encontramos un divorcio, el fallecimiento de un ser querido, cumplir cierta edad… Para aprender a cerrar estas etapas de forma sana y razonablemente positiva veamos algunas estrategias que pueden sernos de utilidad:
-Dejar ir. La mayoría de nosotros tenemos miedo a lo desconocido o a la incertidumbre, por lo que supone un reto aceptar que hay cosas de nuestra identidad pasada que no pueden ser iguales en el presente. El camino de cerrar ciclos comienza con una despedida de ese aspecto del pasado que ya no forma parte de nuestro presente, y con un necesario período de duelo por aquello que hemos perdido. Es normal sentir tristeza, rabia, confusión, o todo a la vez. Lo importante es primero dejar ir el pasado y después saber manejar esa incertidumbre de qué pasará a continuación. El futuro no lo conoce nadie.
-Perdona a los demás y perdónate a ti mismo. Acepta lo que ha sucedido en la medida razonable de responsabilidad, teniendo muy claro que el pasado no puede cambiarse. El perdón es un paso esencial para cerrar el pasado y no llevar rencor ni contra ti ni contra nadie al futuro.
-Hacer un balance de lo positivo y negativo que nos ha aportado aquella realidad que vivimos y de la que nos hemos despedido. ¿Qué cosas positivas me ha dejado que puedo incorporar a mi presente o que quiero que sigan siendo parte de mi experiencia vital? ¿Qué cosas he descubierto que no quiero para mí? Es necesario analizar todos los sentimientos y emociones que nos ha dejado esta experiencia, haciendo un balance global.
-Da todo el valor que merece al esfuerzo que has realizado durante la etapa que cierras. Lo importante quizá no sea el resultado, sino el esfuerzo que has hecho. Siéntete orgullosx de haber transitado esa etapa y de todo lo que has puesto de tu parte.
-Aprende de esta experiencia. Busca errores que puedas haber cometido y aprende de ellos; te servirán para mejorar tu futuro.
-Traza nuevos objetivos de cara al futuro. Es necesario planificar un nuevo itinerario de vida, con nuevas motivaciones y alicientes. Lo mejor está por venir.
-Ponte manos y mente a la acción. Una vez que has realizado ese proceso emocional, pasa a la acción. Planea nuevas actividades y proyectos, traza un nuevo camino de vida y síguelo. Tú eres el arquitecto de tu propio destino.
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