El síndrome de Ulises

El síndrome de Ulises es el malestar emocional que sufren aquellas personas que han tenido que abandonar el mundo que conocían y trasladarse a un nuevo lugar lejos del mismo; es decir, lo sufren fundamentalmente los emigrantes. Es una mezcla de un cuadro de estrés reactivo con una variante extrema de duelo. El proceso de emigración supone una serie de cambios, confrontaciones y contrastes entre el lugar de procedencia u origen y el lugar de llegada o acogida. Dejemos claro que en sí mismo el proceso de migrar no es una causa de trastorno mental, pero sí un factor de riesgo importante de cara a sufrir algún problema de este tipo.

Los estresores más importantes que intervienen en este proceso de inmigración son, entre otros:

-la separación forzosa de los seres queridos con la consiguiente ruptura del sistema de apego.

-la ausencia de oportunidades en el país receptor.

-la lucha por la supervivencia durante el viaje y a la llegada al nuevo lugar (encontrar un techo, comida, etc.)

-el miedo o terror a ser descubiertos (en aquellos casos de inmigración ilegal).

-la amenaza de la expulsión o represalias si son detectados y se encuentran en situación irregular.

-la indefensión casi total por carecer de derechos.

 

Algunas características de este cuadro de estrés y duelo son:

-La pérdida no desaparece, puesto que no desaparece el país de procedencia y todas las representaciones de éste. Por tanto, el duelo siempre es un duelo parcial, no concluso.

-Es un cuadro recurrente, que se activa o desactiva a través de visitas, noticias, encuentros con personas del mismo lugar… que reactivan los vínculos que se dejaron atrás.

-Afecta a todas las áreas de la persona: todo lo que hay a su alrededor ha cambiado. 

-Pone a prueba los estilos de afrontamiento más primitivos que se forjaron en la infancia, y algunos de ellos pueden no ser lo suficientemente adaptativos. 

-Puede dar lugar a cambios profundos de la personalidad, porque la emigración afecta a la identidad de la persona.

-Puede dar lugar a una regresión psicológica, porque es necesario hacerse cargo de cambios de gran envergadura y complejidad, lo que sobrecarga a la persona. En ocasiones afloran actitudes infantiles de dependencia.

-Es importante ponerse en contacto con profesionales para apoyar y ayudar a la persona desde una intervención psicoeducativa y de contención emocional.

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