Cómo afrontar una conversación difícil

Cuando se trata de relaciones personales nada es sencillo; no son pocas las ocasiones que en terapia los clientes demandan estrategias para hacer frente a situaciones complejas dentro de las relaciones interpersonales. La más frecuente de estas situaciones es a la hora de mantener una conversación trascendente con una persona cercana; trascendente tanto por la temática a abordar como por la posible reacción que pueda presentar. Por este motivo resulta imprescindible la preparación psicológica, además de una actitud correcta.

Veamos algunas premisas que pueden ayudarnos a que la situación se resuelva de la mejor forma posible:

-Olvidarse de la dinámica ganar-perder. La idea que subyace a esta premisa es que, si lo pensamos bien, no estamos preparando una batalla, sino un espacio donde podamos comunicarnos, donde podamos entender los dos puntos de vista y llegar a un acuerdo que resulte beneficioso para ambas partes. La prioridad es entenderse, no es ganar.

-Separa a la persona del problema: es decir, no califiques a la otra persona porque haya hecho esto o lo otro. Céntrate en el problema o en los hechos, no en la persona.

-Habla de ti y no del otro (frases yo-yo). Di lo que sientes, cómo te afecta la situación por la que estáis pasando… el objetivo es que el otro conozca y entienda tu punto de vista.

-Deja tiempo para que el otro entienda y responda. No te apresures.

-Enfócate en buscar las soluciones, no en dar vueltas en círculo sobre el problema.

-Pon un extra de delicadeza si se trata de una persona querida y cercana. No utilices la información que posees para hacer daño a la otra persona, ni siquiera para defenderte. Sé firme, pero a la vez suave con tus palabras. 

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