En esta experiencia vital contemporánea resulta complicado deducir dónde se encuentra el verdadero bienestar personal. Parece que estemos inmersos en una carrera donde siempre hay que tener más, trabajar más, ser más, comprar más, hacer más… y nuestra definición de éxito pasa por un crecimiento que parece no tener fin. Esto a veces lleva a sentirnos muy pesados en una vida que nos parece densa y con demasiados ingredientes. Quizá la respuesta a este desbordamiento se encuentre en simplificar, en vivir la experiencia desde un estilo de vida más desnudo y auténtico.
Veamos algunas pautas para construir una vida más ligera.
- Dí adiós al azúcar. Con esto no me refiero a que pases a tomar el café solo de la noche a la mañana, sino a que digas adiós a los alimentos ricos en azúcares y carbohidratos. Tu cuerpo te lo agradecerá.
- Muévete y realiza un ejercicio suave como caminar 30 minutos al día. Caminar alivia la ansiedad y el estrés y ayuda a que nuestra mente se concentre en lo importante.
- Descongestiona tu espacio. Para no sobrecargar, lo mejor es realizar una limpieza a fondo de los espacios (ya sean domésticos o profesionales). Deshazte sin piedad de las cosas u objetos que no te gusten, te traigan malos recuerdos o simplemente ya no encajen en tu proyecto de vida ni en tu momento presente. Recuerda que a veces tener menos significa apreciar las cosas más. Es mejor tener un par de vaqueros que de verdad aprecies y te los pongas casi siempre a tener cinco que estén en el armario guardados porque no te convencen del todo.
- Gasta únicamente en lo necesario. Controla tus gastos; el dinero y las emociones tienen una cualidad en común y es que cuando aprendes a gestionar tu dinero, aprendes también a gestionar tus emociones.
- Aprende a decir que no. No te involucres en planes o actividades que no te apetezcan; marca límites con los demás e intenta no complacer a nadie más que a ti.
- Aprende a amarte. La autovaloración de ti que realices es independiente de los acontecimientos que te sucedan. Eres una persona valiosa, te suceda lo que te suceda y te compares con lo que te compares. Encuentra ese amor propio y aliméntalo todos los días.
- Libérate del pasado. El pasado ya no puede cambiarse y es a menudo un lastre muy pesado; despídete de él y piensa que, si te anclas en el pasado, no podrás construir tu presente.
- Libérate de juicios familiares. A veces quienes deberían ser un apoyo simplemente no lo son y acaban siendo jueces implacables de nuestra existencia. Recuerda que su experiencia vital no es la tuya, que su vida no es la tuya. Si necesitas alejarte de familiares que no te aportan, toma la distancia que necesites. La consanguinidad no obliga a nada que tú no quieras.
- Realiza un filtrado de amistades y relaciones. Quédate con los contactos que de verdad te aprecien y se interesen por ti regularmente y con los que sientas que aportan bienestar y tranquilidad a tu vida.
- Céntrate
en tu presente. El pasado ya no puede cambiarse y el futuro es incierto. Sólo nos
queda el momento presente. Enfoca tu energía en el aquí y en el ahora; practicar
mindfulness de forma regular puede ser de gran ayuda para centrarte en el momento presente y disfrutar de la experiencia.