La soledad no deseada

Cruz Roja España ha iniciado recientemente una campaña para combatir la soledad no deseada. Para más información: https://www2.cruzroja.es/teacompana?gclid=EAIaIQobChMIlqf579-P-wIVPY1oCR2ohwkyEAAYAiAAEgJMkvD_BwE )

En primer lugar, definamos qué es la soledad no deseada; cuando nos referimos a la soledad no deseada hablamos de una soledad que ocasiona sufrimiento a la persona que la padece. Este sentimiento intenso, doloroso y generalmente mantenido en el tiempo surge por la discordancia entre las relaciones sociales que una persona posee y las relaciones sociales que le gustaría tener.

Las personas que sufren este tipo de soledad sienten que no pueden compartir su experiencia vital con nadie o que no tienen a quien acudir cuando su bienestar o su seguridad está en riesgo. Dentro de esta soledad no deseada podemos distinguir dos tipos: la soledad emocional y la soledad social. La soledad emocional es la falta de relaciones que proporcionen confianza e intimidad para la persona. La soledad social es, en cambio, la ausencia de una red social de apoyo amplia y atractiva para la persona. Esta ausencia de red social puede causar soledad en algunas personas, pero otras pueden sentirse solas aún teniendo esta red de apoyo.

Comúnmente pensamos que las personas mayores son las más vulnerables ante este tipo de soledad y quienes más la padecen; sin embargo, cualquier persona de nuestro entorno puede estar sufriéndola. Hay colectivos que son especialmente sensibles ante la soledad, como inmigrantes, mujeres en dificultad social, discapacitados, enfermos crónicos, adolescentes y familias monoparentales. Este aislamiento aumenta exponencialmente el riesgo a desarrollar estilos de vida poco saludables (ver demasiada televisión, no hacer ejercicio, comer a deshoras, etc.).  

Este sentimiento de soledad se ve acentuado por los fenómenos sociales de las últimas décadas, entre ellos internet y la COVID-19. La sociedad también nos vende un individualismo insano y una exclusividad mal entendida (la vida es una selva, tenemos que distinguirnos del resto exageradamente), por lo que la errónea conclusión es que parece que nadie vela por nadie ni existe solidaridad ("cada cual va a lo suyo"), así que cultivar relaciones de amistad verdaderas, profundas y reconfortantes no tiene sentido. Sin embargo, los estudios existentes muestran una correlación entre el aislamiento social y el riesgo de muerte. Es decir, que aquellas personas que por sus hábitos están poco en contacto con otras personas presentan un riesgo de mortalidad mayor; y esto no sólo pasa en aquellas personas que sufren un aislamiento social real, sino también en aquellas que tienen interacciones sociales en número y tiempo suficiente pero que, en el fondo, se sienten solas (soledad percibida).   

Si sufres de esta soledad no deseada, veamos algunas pautas que pueden ayudarte:

-Identifica lo que sientes y cómo te sientes. A veces no resulta sencillo ponerle nombre a nuestro malestar.

-Comprométete y traza un plan por escrito para mejorar tu bienestar emocional. Este plan puede incluir, por ejemplo: hacer una lista de actividades que te gusten y realizar dos de ellas al menos cada día; hacer una lista de formas de mejorar o ampliar tus relaciones sociales (salir al parque a pasear diariamente, llamar más a las personas que te importan, etc.).

-Busca nuevos grupos de interés para encontrar personas nuevas afines a ti (grupo de lectura, talleres de pintura... etc.).

-Inicia un proyecto personal, o retoma alguno que hubieses dejado olvidado para otro momento. El momento es ahora.

-No te dejes vencer por las limitaciones o la frustración que te ocasiona tu situación. Cultiva la resiliencia (capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas: una enfermedad, un accidente, el fallecimiento de un ser querido…).

-Pierde el miedo a “romper el hielo” en las relaciones sociales. Mejora tus estrategias de comunicación (dar las gracias, pedir disculpas, manejar los conflictos, mostrar lo que sientes; trabaja la asertividad). 

Si crees que sufres de soledad no deseada o tienes dificultades para conectarte con los demás, en Meraki Psicología Aplicada podemos ayudarte.

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