¿Qué es la proactividad?
La proactividad es un término que ha ganado popularidad en el mundo empresarial y del desarrollo personal. Sin embargo, su origen se remonta a los años 50, cuando fue acuñado por el neurólogo y filósofo judío, Viktor Frankl. Para Frankl, la proactividad es la libertad de elegir nuestra actitud frente a las circunstancias, tomando el control de nuestra vida y liderando el cambio en lugar de reaccionar pasivamente ante los desafíos.
Proactividad y locus de control interno
Ser proactivo implica tener lo que la psicología denomina locus de control interno. Esta es la creencia de que los resultados de nuestras acciones dependen, en gran medida, de nuestras propias decisiones y no de factores externos. Las personas con un locus de control interno creen firmemente que son responsables de su propio destino, y atribuyen su éxito a sus esfuerzos y habilidades.
Características de una persona proactiva
Las personas proactivas se definen por una serie de cualidades que las distinguen:
- Toman la iniciativa: No esperan que las cosas sucedan, sino que las provocan. Anticipan los cambios y actúan como motores de transformación.
- Son positivas y líderes: Motivan a los demás, utilizan la asertividad en la comunicación y se guían por sus valores.
- Están motivadas por principios internos: No se dejan llevar por impulsos y crean sus propios escenarios de vida.
- Persistentes y organizadas: Creen en el poder de su esfuerzo y lo planifican todo con creatividad y organización.
- Gestionan la incertidumbre: Asumen los retos y confían en su potencial para superar los fracasos con un enfoque de mejora continua.
- Lideran su propia vida: No buscan excusas, sino soluciones, y están en constante control de su destino.
Locus de control externo y la reactividad
En el extremo opuesto de la proactividad encontramos la reactividad, que es la respuesta automática a los cambios del entorno sin haberlos previsto ni gestionado. Las personas reactivas tienden a creer que los sucesos de su vida están fuera de su control y atribuyen sus logros o fracasos al destino, el karma o la suerte.
Estas personas carecen de un locus de control interno desarrollado, lo que afecta negativamente su autoestima. Sienten que no tienen control sobre su vida y que no pueden influir en los resultados de sus acciones.
Características de una persona reactiva
Las personas reactivas comparten una serie de características que limitan su crecimiento personal:
- Inseguridad: Perciben el mundo como un lugar amenazante y carecen de confianza en sí mismas.
- Evitan la responsabilidad: Culpan al destino de sus fracasos y no reconocen su propia participación en los eventos de su vida.
- Dificultad para adaptarse: No asumen cambios con facilidad y prefieren que otros tomen decisiones por ellos.
- Problemas de comunicación: Carecen de habilidades para gestionar conflictos y a menudo son pasivo-agresivas.
- Rendición temprana: Si no obtienen resultados inmediatos, se rinden fácilmente y buscan excusas.
Ejemplos de comportamientos reactivos
- Una persona reactiva piensa en que le gustaría hablar con alguien que extraña, pero espera que la otra persona la llame. Esta actitud pasiva deteriora las relaciones importantes.
- Esperan ser invitados a salir o a eventos, pero rara vez toman la iniciativa.
- No buscan trabajo activamente; esperan que las oportunidades lleguen a ellos sin esfuerzo.
La proactividad es un rasgo esencial para liderar nuestra vida, tomar el control de las circunstancias y crear el cambio que deseamos. Mientras que las personas proactivas se caracterizan por su capacidad para planificar, liderar y actuar, las personas reactivas dependen del destino y las circunstancias externas. Al desarrollar un locus de control interno, podemos tomar las riendas de nuestro futuro, mejorar nuestras habilidades y alcanzar el éxito personal y profesional.